En el cielo, de un azul intenso, el sol de la mañana. Cuánto se agradece su calor. Nubes de nieve permanecen inmóviles en la sierra. Llego al parque donde ya he estado, aunque tengo la sensación de verlo y disfrutarlo por primera vez. Trinos de dos gorriones parecen darme la bienvenida.
Olor a musgo.
Aún le quedan hojas
a algunos chopos
A lo lejos, se oye el riachuelo: sonido sanador. Me acerco a la orilla sin hacer ruido, aún así, mi presencia asusta a un sapo y huye. Me siento en la hierba e introduzco mis manos en el agua la frescura me aviva recuerdos: junto a la alberca, una niña ha visto mariposas azules y dice que son como las que vuelan con ella en sus sueños.
Por el riachuelo
ninguna mariposa.
Se eleva una garza
Retomo el camino de tierra. No hay huellas a esa hora del día. Entre aromas y colores, el silencio. En una elevación del terreno, pinos centenarios son testigos de la fauna y flora que albergan.
Pinos del monte.
En el pinzón que duerme
un rayo de sol
Aunque el tiempo desaparece cuando estoy en contacto con la naturaleza, me despido sin palabras hasta que vuelva a sentir su llamada.
Pilar Carmona. "Piluca C.P".
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